El sonido como constructor de lo simbólico y el tejido social
Es bien sabido que la comunicación puede ser entendida como una forma de comprendernos mediante la interacción; reconocida en diversas maneras de proyectar las ideas o perspectivas de la creatividad de lxs humanxs. El carácter relacional del contacto humano emerge de la experiencia compartida, reconocida desde la vitalidad, la participación y las motivaciones de representar la cultura, el arte y la expresión, estableciendo conexiones que construyen identidades colectivas. Según Rizo (2004) la construcción de identidades se fundamenta en sistemas de clasificaciones de los sujetos sociales, establecedores de un “nosotros” frente a un “ellos” (p.3), en otras palabras, las construcciones requieren de interacciones entre sujetos, y la interacción es, en sí misma, reconocida en la diferencia y diversidad.

En este sentido emergen múltiples significados constituidos en la interacción, los entramados y los vínculos, desde aspectos sociales, dinámicos, fronterizos y culturales, que de una u otra manera nos interconectan en la relación social y humana; comprendiendo una dimensión constitutiva para la organización de nuestras ideas, memorias, significados y condiciones materiales.
Allí vale la pena mencionar al ámbito musical, pues, por medio del sonido se teje e interpreta la realidad, desde la sensibilidad, la composición, la creación, la tecnología, los discursos y los afectos artísticos. La música es un medio para interpretar la realidad social, pues comparte significados, que se expresa en diversas vibraciones, tonalidades, palabras, y lenguajes que reflejan el ingenio, la interconexión y voluntad de generar comunidad desde una intención. Por medio del sonido y la narrativa, el entramado social se convierte en comunicación extendida que constituye redes de afecto, pero también de poder, reconociendo la producción social, en la diversidad, la diferencia y la identidad compartida y particular. De esta manera es posible preguntarnos
¿Cómo se han recreado nuestras memorias colectivas en el reconocimiento de la otredad o la diferencia?
La respuesta no termina de ser clara, debido a que aseguramos asociaciones sociales cambiantes y transformadoras con el paso de los años, por lo que estas memorias colectivas tienden a cohabitar con el pasado, el presente y lo contemporáneo, a través de lo simbólico, correspondiendo a la característica de componernos entre lxs unos y los otrxs, reflejando una interpretación del habitar en conjunto, bajo el reflejo social.
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En este sentido, lo simbólico es un medio por el cual se realiza la socialización humana que acompaña toda la vida del ser social, en definitiva, los procesos individuales y sociales son como repertorios articulables de interacciones sociales cargadas paulatinamente de más significados, según se amplían y diversifican las experiencias. (Rizo, 2004, p.3)
La interconexión y el ritual del cuerpo
La narrativa sonora constituye entonces una forma de circular memorias, afectos, poderes, diálogos y expresiones, que representan no solo un avance o desarrollo tecnológico o técnico, si no un compendio de formas sociales, emocionales y simbólicas, que rememoran un territorio, un estilo de vida o una situación histórica. Cabe reconocer que lxs actores que participan de este gremio o escenario musical, se involucran con una dimensión de construcción colaborativa y compartida que refleja una experimentación sonora situada, relacional y multi-espacial, que se reconoce en un ritual encarnado en la escena de lxs individuos. Aquí cabe rescatar a Goffman y Bordieu, quienes citados por (Rizo,2004) exponen que:
La urdimbre de la vida cotidiana está conformada por ritualizaciones que ordenan nuestros actos, los rituales con los procesos de comunicación, puesto que los actos humanos expresivos requieren de la comunicación para existir. Asi mismo la relación entre los rituales y la comunicación específicamente no verbal, objetivada en los movimientos del cuerpo, en tanto que los rituales actúan sobre el cuerpo generando obligatoriedad y asimilación de posturas según el contexto cultural en el que el individuo se halle inmerso (p.5)

Esto compromete entendernos no solo mediante el lenguaje o la comunicación, sino por medio de la manifestación corpórea, gestual y actitudinal. Lo mutuo construye un proceso como el devenir, la dialéctica y la sincronía, que se reconoce en un compendió verdaderamente de apertura a lo desconocido, a lo transformador y consuetudinario. Sin embargo, el desarrollo social es complejo, contradictorio y representa varios niveles de disputa, por esta razón también vale la pena preguntarnos
¿Cómo se relaciona esta dimensión relacional de la música con los egos que la habitan y los pionerismos que la transforman?
Cuando hablamos de la expresión cultural comprendemos un resultado de relaciones, colaboración e influencias, que comprometen tensiones y establecen distinciones entre las dinámicas de la experiencia compartida. En este caso las dinámicas relacionadas a los pionerismo y egos en la era actual de la música pone en riesgo las dinámicas de lo creativo, lo visible y la interconexión, pues la desvalorización a algunos artistas, el reforzamiento de una visión individualista, la apropiación cultural o musical sin el reconocimiento de los demás, la homogenización de estéticas o algoritmos, representado en formatos de alto consumo o comerciales, dan origen al irrespeto, estéticas predominantes y descohesión de bandas, músicos, crews o agrupaciones, comprendidas en el ámbito musical.
La tensión entre el ego y el afinamiento colectivo
El ego musical tiene o juega un papel de doble manifestación, al igual que los pioneros actuales, puesto que la lógica de una resistencia dominante, mediada desde la creación musical y la subjetividad, no reconoce un espacio de escucha mutua, ni contiene a la historia de pioneros que han cargado con los orígenes de los géneros musicales e interpretaciones. Medir en términos de competencia la colaboración o el tejido de las redes, reduce alianzas, no construye procesos de economías o trabajos en red colaborativos, disminuye la atención por la experimentación y la verdadera identidad colectiva; la necesidad de repensar el ego y los nuevos pionerismos, desmarañando la subjetividad del artista, compromete a una lógica de espacios sin fines de prestigio, posicionamiento o reconocimiento.
Asi, pensar la música como una red interdependiente lograría descentralizar el ego sin negarlo, pues este hace parte de cómo nos percibimos a nosotrxs mismos y defendemos nuestros ideales. Es necesario en este caso habitar la relación, reconociendo a los cuerpos, mentes y sentires que nos comprometen en este contexto musical, acompañándonos, resonando y compartiendo, ya que ninguna acción humana existe en solitario, sino que se produce como efecto de un entramado de relaciones entre humanxs y no humanxs; el social no debe entenderse como un dominio preexistente, sino como el resultado de asociaciones múltiples que deben ser rastreadas y ensambladas Latour (2008) La misión sonora corresponde a recuperar la acción, afinidad y afectos colectivos revolucionando la mente, el cuerpo y la música.

En suma, con la intención de repensar las acciones y los actuares en dentro de las diferentes miradas, agrupación e intenciones colectivas y culturales, vale la pena resaltar al sonido como un configurador de relación, que vincula la música y la palabra, posibilitando el reconocimiento mutuo y la vibración común. Expandir nuestras formas de habitar y habitarnos, abre y fortalece caminos hacia una resonancia colectivas transformadora, con capacidad critica y de carácter grupal, además de deconstruir algunas practicas colectivas, confrontando las tensiones del ego e imaginando la posibilidad de generar redes colaborativas, justas y sensibles.
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Bibliografía
Latour, B. (2008). Reensamblar lo social: Una introducción a la teoría del actor-red (G. Zadunaisky, Trad.). Buenos Aires: Ediciones Manantial. (Obra original publicada en 2005).
Rizo García, M. (2004). Comunicación e interacción social: Aportes de la comunicología al estudio de la ciudad, la identidad y la inmigración. Global Media Journal en español, 1(2).
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=68710210