Amplificadas es un proyecto binacional entre Colombia y México que desde 2024 ha tejido un puente cultural entre la Fundación La Comadre (COL) y la colectiva Musas Sonideras (MX). Su propósito es claro: explorar, visibilizar y fortalecer las conexiones entre la cultura sonidera mexicana, la tradición picotera colombiana y la escena sound system, poniendo en el centro a las mujeres y disidencias que sostienen y transforman estos patrimonios vivos.
Durante un año de viajes, encuentros y creación compartida entre Bogotá, Barranquilla y Ciudad de México, Amplificadas se convirtió en un espacio de investigación, memoria y acción. A través de ruedas de saberes, archivo fotográfico, encuentros pedagógicos, pódcast y producción audiovisual, se documentaron y compartieron las historias de quienes hacen vibrar estos ecosistemas sonoros desde la resistencia, la fiesta y la creatividad.
Una exposición, dos paises, dos ciudades
Uno de los más bellos resultados de este trabajo es una exposición simultánea en Bogotá y Ciudad de México, donde se presentan escenas sonoras, territorios y saberes encarnados por mujeres y colectivas vinculadas al sonidero, el picó y el sound system. Son fotografias y elementos que cuenta las historias de mujeres en las culturas del sonido, un homenaje también a nuestras ancestras, porque sabemos que no somos las primeras, ni las únicas, que antes que nosotras ellas ya venían abriendo camino y estamos seguras de que en el futuro vendrán más a seguir abriendo caminos. El proyecto culmina en una
En México, la exposición se encuentra en el Centro Cultural El Rule (inaugurada el 17 de julio de 2025) reúne más de 150 fotografías, lonas ilustradas por artistas sonideros y picoteros, piezas de archivo y documentos personales de Musas Sonideras (México) y La Comadre SoundSystem (Colombia). La curaduría está a cargo de Sonia Madrigal, María Fernanda Arnaut y Mariana Delgado, con obra de Sonia Madrigal, Hans Cortés, Nayeli Espinoza y Sofía Galindo.

En Bogotá, la muestra reúne 58 fotografías, 10 vinilos LP, una lona picotera del histórico picó El Rojo de Barranquilla, dos máscaras de carnaval del colectivo El Desacato y una lona pintada a mano por Yodax. La curaduría está a cargo de Hans Cortés y Diana León.

Pódcast: Comadreando con Madre
Otro de los grandes logros del proyecto es el pódcast binacional Comadreando con Madre, conducido por Layla Sánchez Kuri (Musas Sonideras, México) y Rain Selectress (La Comadre, Colombia). En seis episodios, recoge las voces y experiencias de mujeres protagonistas de estas escenas musicales, generando un diálogo íntimo y potente entre territorios.
Nuestro documental
El documental Amplificadas tuvo su estreno el 24 de julio en el Centro Cultural El Rule (CDMX) y en Colombia, el 1 de agosto, en Bogotá. Con una duración de 19 minutos y 44 segundos, la pieza recorre calles, estudios, radios barriales, tocadas y espacios comunitarios en México y Colombia, hilando testimonios y escenas de quienes mantienen vivo este legado.
Esta pieza audiovisual fue dirigida y grabada por Hans Fhilip, con cámara de Sonia Carolina y Sofía Galindo, fotografía de Nayeli Espinoza, guion y edición de Santiago Ospina y Claudia Luna, musicalización de David Cuervo (Bassilar Membrane) y masterización de Alejandro Rico (Chontaduro Records).
Lo que nos deja….
Amplificadas nos recuerda que el sonido es mucho más que música: es memoria, resistencia, cuidado y posibilidad de futuro. En cada parlante encendido, en cada baile compartido, en cada voz que se atreve a narrar su historia, se enciende también una conversación sobre quiénes sostienen los patrimonios, cómo se transmiten y qué significa vivirlos hoy desde una mirada de género.
Este viaje no hubiera sido posible sin cada una de las mujeres que nos compartieron sus relatos y nos abrieron las puertas de sus casas. Ellas son las que sostienen, cuidan y mantienen vivas estas prácticas, muchas veces invisibilizadas. Gracias a ellas entendemos que detrás de cada tocada, de cada fiesta, de cada baile, existen también economías populares y familiares que hacen posible que el sonido siga recorriendo los barrios. Por eso, cuidarlas y fortalecerlas es una responsabilidad cultural y política.
El sonido viaja con nosotras y nosotros cuando migramos. No conoce de fronteras ni de papeles: se cuela en las maletas, en los acentos, en las memorias familiares, en las formas de bailar. Todo viene de África, de la raíz rítmica que nos enseñó a sentir la música en el cuerpo antes que entenderla con la razón. Esa herencia, transmitida de generación en generación, se expandió por el Caribe y América Latina, tomando distintas formas de amplificación: el sound system en Jamaica, el sonidero en México, el picó en Colombia y tantas otras expresiones que siguen encendiendo la calle y la comunidad en latinoamerica.
La música no se queda en los escenarios oficiales ni en los teatros; su verdadero hogar es la calle y el barrio. Allí se encuentra lo cotidiano, lo que vivimos día a día, lo que el sistema no logra domesticar. Allí la música se convierte en ritual: nos reúne, nos hace bailar, nos da la fuerza para recargar energías y resistir el peso de la vida urbana, laboral y social. Encender un picó, montar un sound system, abrir el espacio sonidero es como abrir una grieta en el sistema: un respiro donde la alegría se impone a la rutina y la memoria colectiva se convierte en resistencia.
La música popular nos enseña que no se trata solo de entretenimiento. Es una práctica vital que abre huecos en la matrix contemporánea, recordándonos que todavía podemos encontrarnos en cuerpo presente, vibrar juntos con el bajo y el tambor, volver a las raíces de cada territorio. En cada baile callejero, en cada parlante encendido, se pone en movimiento una pedagogía ancestral que nos recuerda que el gozo también es lucha, y que la cultura, cuando nace del barrio, tiene el poder de transformar la vida.
Por: Diana León (Rain) – Militante de la cultura sound system y del sonido.