En las culturas del sonido patrimoniales –como las tradiciones picoteras, sonideras, sound system y todas aquellas que nacen desde los barrios, las fiestas populares y los encuentros comunitarios– la música no solo se escucha: se vive, se construye, se lucha y se comparte.
Allí, donde el ritmo convoca y el volumen hace vibrar los cuerpos, también se revelan historias de resistencia, de trabajo, de cuidado y de creación colectiva. Y en ese pulso continuo, las mujeres siempre hemos estado.
Sin embargo, nuestra participación ha sido muchas veces invisibilizada: hemos sostenido equipos, gestionado procesos, curado selecciones musicales, producido conocimiento, tejido comunidades y abieo caminos, pero nuestro nombre no siempre ha quedado registrado.
Hoy, queremos cambiar esa historia.
Esta manifiesta nace del encuentro entre mujeres de diversas culturas del sonido que habitamos y transformamos nuestros territorios. Surge de conversaciones, talleres, viajes, memorias, dolores y celebraciones compartidas. Surge del reconocimiento de que nuestras identidades son múltiples, nuestros mundos multiculturales y nuestras prácticas profundamente valiosas.
Nos encontramos para decir juntas que:
- No estamos solas.
- No estamos empezando ahora: somos continuidad y también futuro.
- Tenemos saberes que merecen ser transmitidos, respetados y reconocidos.
- Tenemos derecho a espacios seguros, a condiciones laborales dignas, a vivir de nuestro arte y nuestra cultura sin ser desplazadas, explotadas o silenciadas.
Creemos en una cultura sonora donde la alegría sea una forma de rebeldía, donde bailar sea sanar, donde la música sea camino y memoria viva.
Creemos en la posibilidad de transformar nuestros entornos y nuestras realidades a través del arte y la comunidad.
Por eso hoy alzamos la voz.
Porque somos mujeres que crean, investigan, educan, curan, acompañan, sueñan y transforman.
Porque somos quienes sostienen la fiesta y la hacen posible.
Porque somos patrimonio vivo.
A continuación, presentamos nuestra MANIFIESTA, como declaración política, cultural y afectiva hacia el presente y el porvenir.